Prueba a ser un salvavidas. Comprueba la vida hospitalaria desde dentro. Enfréntate a las situaciones difíciles y ayuda a la gente. Siente el ajetreo del deber sin dormir.
Ve al encuentro de la ambulancia y descarga cuidadosamente a los enfermos. Presta primeros auxilios inmediatamente si es necesario. Acompaña rápida y cuidadosamente a los pacientes a la sala o al médico. Puede que tengas que ir directamente al quirófano, por lo que vidas pueden depender de tus decisiones.